miércoles, 22 de junio de 2011

GAGA INC.


" En la "Era Gaga" se acabaron la censura y los cánones. El buen gusto es dictado por lo novedoso, lo impactante, lo simbólico, lo estrambótico. Una prenda es tendencia, pero también discurso político y panfleto de autoayuda.

Si una musa mide 1.50 metros de estatura, hay que montarla sobre plataformas de 40 centímetros para encumbrarla-literalmente-en la cima de la fama. Si de niña se sentía maniatada por una sociedad opresiva, de grande hay que retratarla atada de pies y manos y con una mirada retadora.

Si no posee la belleza de una muñeca, hay que volverla exuberante, artificial; hay que ponerle pelucas de todos los colores y longitudes; vestidos de 20 mil dólares y accesorios salidos de una tienda vintage o de un tiradero de computadoras. "

Extracto tomado del reportaje El talentoso Sr. Gaga del periodista Raymundo Zamarripa para el suplemento Top Magazzine del periódico El Norte, publicado el 19 de Junio de 2011. En el texto se detalla la productiva relación entre el diseñador italo-japonés Nicola Formichetti y la camaleónica y ambigua Lady Gaga, gracias a los vestidos creados por él, y que ella muestra en conciertos y videos musicales. Aparentemente puede pasar como una nota más de actualidad para rellenar, pero me parece un documento y un análisis clarísimo de el momento pop y la manipulación visual de un artista cualquiera para vender más que música.  

2 comentarios:

Soy Robot dijo...

Mira qué diferente es un texto bien planeado, con análisis y conocimiento de fondo. Muy fácil machacar cualquier cosa con un adjetivo pero que poco nos deja a los demás algo tan simplista como un insulto.

Konrad dijo...

J:

Confieso que el resto del reportaje es basura ordinaria, excepto las tres perlitas en cuestión. Me pareció una radiografía de la música, los videos, las revista de música y de chismes (si es que no son la misma cosa ya) y el resto de la industria. La fórmula varia su resultado según la mezcla de cada artista.

Tal vez haya que revisar los artículos de pasquínes domingueros para leer buenas ideas, y dejar de revisar revistas "culturales".

Saludazos.