de la hermana
y ella está a solas,
sin acompañante alguno, entonces,
puedes hacer con la aldaba
según tu deseo.
Casa de mi hermana, la verja a la entrada;
la puerta se abre,
el cerrojo se corre,
y aparece
mi airada hermana. "
Papiro Harris 500 imagen (II, 11-3).
" El llamador, el cerrojo y la puerta son tres figuras que representan el último obstáculo que se interpone al momento del encuentro amoroso y por lo tanto debe sortearse; de igual modo son símbolos de la apertura hacia el corazón y el cuerpo de la amante. Aunque no puedo sustentarla con ninguna evidencia concreta, podría también referir al hecho de abrirse o entregarse a la persona amada. "
Tomado de El libro del sexo de Isabel Pindter, Editores Mexicanos Unidos, página 104-105.
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