SOBRAS
En caso de que los manjares que hayan restado tras un banquete resulten demasiado buenos para servir de alimento a los perros y los sirvientes (cuyas sensibilidades podrían ofenderse con las formas poco comunes, y sus digestiones sufrir a causa de la poco habitual abundancia), entonces pueden cortarse en pedazos y disponerse en un puchero con una mezcla de nueve partes de polenta y una de agua, y hervirse suavemente durante medio día para despojarlos de la estridencia de su sabor. Entonces puedes ofrecérselos a todas las criaturas, quienes te estarán grandemente agradecidas por tu esfuerzo y tu solicitud.
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