viernes, 25 de marzo de 2011

Yo, Morboso: Carta de James Joyce a su esposa Nora

20 de diciembre de 1909

44 Fontenoy Street, Dublín

Mi dulce y pícara Nora, recibí esa noche tu ardiente carta y he tratado de imaginarte frotándote el sexo en el baño. ¿Cómo lo haces? ¿Te recuestas contra la pared con tu mano cosquilleándote debajo de tus ropas? ¿O te acuclillas bajo el agujero con las camisas vueltas hacia arriba y tu mano trabajando fuertemente a través de la abertura de tus bragas? ¿Te sirvió como preludio ahora para cagar? Me pregunto cómo pudiste hacerlo. ¿Acabas al cagar o te frotas acabando primero y luego cagas? Debe haber sido una horrible cosa lasciva ver a una niña con sus ropas levantadas frotando con furor su coño, ver sus calzoncillos blancos y hermosos bajados de atrás y su trasero defecando y una cosa gruesa y café que sale de su agujero. Dijiste que ensuciarías tus bragas, querida, y que después me dejarías follarte. Me gustaría oírte primero enmierdarlas y follarte después. Alguna noche, cuando estemos en alguna parte hablando en la oscuridad cosas puercas y sientas tu mierda a punto de salir, rodea mi cuello con tus brazos en tu vergüenza y déjala caer suavemente. El sonido me enloquecerá y cuando alce tu vestido...

¡De nada sirve continuar! ¡Ya puedes adivinar qué!

Hoy abrió el cinematógrafo. El domingo 2 de enero salgo par Trieste. Espero que hayas hecho lo que te dije respecto a la cocina, el linóleo, el sillón y las cortinas. A propósito, no cosas esas bragas delante de nadie. ¿Está hecho tu vestido? Así lo espero, con una chaqueta larga, con cinturón y con los puños de cuero, etc. No sé como voy a arreglármelas con los gasto de Eileen. ¡Por Dios, arregla tú esto y que pueda yo tener una cama confortable! No tengo ningún deseo especial de hacerte nada, querida. Puedes descansar tranquila respecto a mis idas con ... Tú no lo comprendes. Querida, esto no sucederá.

Oh, ahora estoy hambriento. El día que llegue di a Eva que haga un "pudding" corriente y algún tipo de salsa de vainilla sin vino. Me gustaría comer rosbif, sopa de arroz, cupuzzi garbi, puré de patatas, "pudding" y café negro. No, no, me gustaría stracotto di macheroni, una ensalada, ciruelas cocidas, torroni, té y presnitz. O no, preferiría anguilas cocidas o polenta con...

Perdóname querida, esta noche estoy hambriento.


Querida Nora, espero que pasemos juntos un año feliz. Mañana escribiré a Stanie sobre lo del cinematógrafo.

Estoy tan feliz que ahora veo Miramar. Lo único que espero es que no lleve de nuevo conmigo esa abominable cosa, debido a lo que hice. Querida reza por mí.


¡Addio, addio, addio, addio!




JIM



James Joyce conoció a Nora Barnacle en el verano de 1904 en Dublín, adonde habían llegado los dos, no tanto para hacer fortuna como para escapar de los infortunios de sus hogares. Se casaron en 1931, veintisiete años después de aquel primer encuentro. Nora trabajaba en el hotel Finn, Joyce daba sablazos para conseguir dinero. Si no fue amor a primera vista, fue una especie de dependencia a primera vista. Nora era bella y sexualmente audaz, Joyce estaba solo y sexualmente hambriento. El principio de una vida nómada los llevó a Zúrich, Trieste y París.

Cartas extraídas del libro "Cartas de amor a Nora Barnacle". Editorial Leviatán.

2 comentarios:

Soy Robot dijo...

Mil disculpas por ayer JC. Se me vino la carga de trabajo y no pude decir que no. No han sido los mejores días en cuanto a dinero y ni cómo darle la espalda. El cel de plano se quedó en casa y ya escuché tu mensaje muy tarde. No reponemos en los días venideros.

Mil disculpas de nuevo.

Un abrazo.

Konrad dijo...

Master J:

Te agradezco la atención, y doblemente por la confianza. Esto habla de la excelente persona que eres.

Cuando tengas chanza nos reuniremos. Las ansias de cheve, cuando se aplazan, se vuelven más grandes.

Saludazos.