domingo, 25 de septiembre de 2011

Falsarios

Un artista filma la destrucción de una estatua por él y su asistente. El trabajo que hacen ambos se torna díficil por alguna razón. La estatua no tiene un rasguño, ni siquiera al usar objetos más pesados para astillarla. El artista enfurece ante la estatua y su sonrisa estática, que le parece una burla en su mente. La ataca finalmente con una barra de acero. Uno de los golpes erráticos va a dar al rostro de su asistente. El artista continúa golpeando su objetivo sin darse cuenta de nada. El asistente se molesta y se va a golpes contra el artista. Su furia es incontrolable. El resultado de la filmación fue editado y forma parte de una instalación que firmaron sus dos participantes. Es un éxito en todos los museos en donde se ha presentado. Tendrá segunda parte.

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