miércoles, 9 de febrero de 2011

Historias del Dodo por: Malcolm de Chazal

" La mujer es un alcohol cuya embriaguez nunca cesa; es un partido de ajedrez con el Diablo y una carrera con el ángel; opio de la voluntad; sal de la vida alternando con vinagre; es un plato que sólo sabe bien caliente, pero quema la boca; es un perfume que nos obstinamos en oler, pero que da migraña; que se viste para nosotros con el fin de agradar a los demás; que nos "mira" hablar y más adelante hablará para que la miremos; inspiradora de las grandes obras, pero que nos atormentará por una nadería. Oh mujer, criatura extraña, mezcla de opuestos, crisol de la vida, espíritu de caos, donde el Cielo y la Tierra se tocan y donde el Infierno y el Paraíso se entrecruzan; antaño diste luz a un Dios, mientras que a veces el propio Infierno no quiere saber de ti. Cuando amas, amas hasta tus últimas fibras, y cuando odias, odias hasta tu última célula. Rostro de ángel con patas de cabra. Ojo de serafín por el que pasa, por instantes, en un relámpago, todo el mundo de las Tinieblas. Boca que es un tabernáculo, pero al cual las palabras duras transforman en garras del Demonio. Mujer, oh tú a quien Dios hizo para ser el basamento de la vida, y a quien el egoísmo del hombre convirtió en arenas movedizas, oh mujer, tú eres lo que el hombre ha hecho de ti: en tu fuerza infinita no puedes, ¡lástima!, como el agua, sino adoptar la forma del vaso. Pero ya que el hombre, sin ideal, no pudo darte el molde de belleza para el cual Dios te destinó, te has dedicado, a lo largo de los siglos, a intentar rehacer al hombre conforme a ese ideal, así como la lluvia modela el paisaje- hasta que lo hayas convertido en un ser de belleza en el que hallarás tu destino secular; y una vez apaciguada tu naturaleza, te deslizarás en la vida del hombre, en la paz de tu conciencia recobrada y en la glorificación de vuestro ser doble, cesando al fin de atormentarlo ".

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