Ayer tuve un flashback de otro 14 de febrero. Observando pasar parejas a mi alrededor, recordé cuando salía con una chica que terminó siendo la madre de mi hija. Yo trabajaba en un despacho de contabilidad cerca del centro de la ciudad. Para esa fecha (que era muy importante para ella, por alguna razón) acordamos reunirnos en un centro comercial de la colonia roma. Cuando bajé del camión pude verla sonriente a la puerta del establecimiento. Caminamos apresuradamente hacia una plaza no muy lejos de ahí. Cada uno estaba en su hora de comida, así que no perdimos tiempo. Llevaba en una bolsa de plástico, un mantel para día de campo, dos envases de caribe cooler, y unos emparedados de paté. Nos acomodamos debajo de un árbol, y tan pronto como dispusimos todo, comenzamos a besarnos. Platicamos de varias cosas que habían sucedido en ese mismo lugar, porque ella había vivido antes en la misma colonia. No recuerdo cómo iba vestida, pero no puedo olvidar que me encantaban sus botas militares. Por la noche, al salir del trabajo, me regalo una caja de origami y tuvimos sexo.
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