jueves, 28 de octubre de 2010

Las puertas de la percepción


Es increíble de que manera te recobras a tí mismo. Puse otra vez el dvd de "Apocalipsis Now Redux" en el aparato reproductor. ¡Qué maravilla! Había tantos detalles que no recordaba. La música; esa atmósfera infernal y nihilista de la jungla vietnamita durante la guerra; la sensación de Coppola jugandose la vida filmando, arrastrando su alcoholismo, el infarto de Martin Sheen, y cercado por el ego monumental de Marlon Brando.



Eso también es otra virtud de la cinta: Marlon Brando encarnando al Coronel Kurtz en medio de esa pesadillesca filmación en Filipinas. Divo colosal, actor maldito, vaca sagrada, payaso ocasional, mentor de directores jovenes. Siempre al borde de la locura y la genialidad.



Afortunadamente pude recuperar esta joya puesto que la había vendido. Pasó tanto tiempo junto a otras películas prescindibles que olvidé lo importante que era.



"¡El horror! ¡El horror!"-dice el Coronel Kurtz, mientras agoniza. Y es cierto: Hubiera sido horrible perderla.

viernes, 22 de octubre de 2010

Resolviendo dudas

Soy escritor. Lo sé desde hace mucho tiempo. Todavía no resuelvo de qué voy a escribir. Tengo ideas, pero ninguna aterrizada. De lo que no tengo dudas es que pertenezco a la rara especie de personas a las que les gusta la literatura, y sobre todo, ser leídos de alguna manera.



La vida nunca está resuelta. Por lo menos no de la manera que te dé tres minutos de esquina para aclarar tus ideas. Pero no es verdad para la escritura. De pronto hay historias que te atrapan dentro de un sueño, y en medio de la madrugada hacen que te levantes para registrarla en papel y lápiz. A mí me sucedía eso. Hasta que un día algo sucedió. El caudal se terminó. Dejó de surtirme. Se secó, digamos.



Pasaron muchas cosas para llegar a ese punto. No las diré para evitar que la factura que se me cobre sea más grande. Lo único que tendría que agregar a mi favor es que he sido responsable de todas las faltas que realicé de propia mano. De las que dicen, de las que inventan, no.



Hice intentos por salir de esta apatía infernal. Los escribí hace mucho. De algunos me sentí, y me hacen sentir orgulloso cada vez que los leo. Significan esfuerzos meritorios que me sacan una sonrisa de vez en cuando. Recomponen algo de mi ego reventado en el delirio cotidiano.



Pero así como digo que soy escritor, también admito que soy un hombre inseguro. Ver que otras personas tienen tal facilidad para las letras me hace sentir dudas de mí mismo. Dudas, inseguridades, temor a lo que otros digan, todo eso gira en dentro de mi cabeza. Lo cierto es que no puedo permitirme esa carga ya.

Decidí aprovechar el tiempo para lo único que realmente me importa: la escritura. Quiero ponerme a prueba escribiendo lo que me dé lo gana y siendo completamente autocomplaciente. Resolví que ya que no hay suficiente literatura que sea de mi total agrado, voy a redactarla yo.


Al fin de cuentas, tengo este espacio y deseo sacarle el mayor provecho.